Cuando hablamos de videncia natural, en muchas ocasiones no se depara en la profunda trascendencia del propio término. En este artículo se profundizará sobre el concepto y se desarrollará una serie de conceptos esenciales para aprender a discernir entre una vidente natural y la que no lo es.
En esencia, el concepto de “vidente” implica el rasgo de “natural”, ya que toda vidente, o persona que tiene la capacidad innata de sentir o intuir distintas cuestiones vinculadas con el futuro, presentan, por definición, este rasgo desde su propio nacimiento.
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Vidente Natural: videntes de nacimiento
La concepción de “vidente natural”, por lo tanto abarca un periodo cronológico (toda la vida) y una condición intrínseca a esa persona (el desarrollo de una capacidad perceptiva heredada de un ancestro).
La ciencia no encuentra una explicación lógica para este fenómeno que muy pocas personas logran desarrollar, sin embargo, la mera existencia de este tipo de desarrollo intelectivo y cognitivo hace que se planteen diversas y variadas explicaciones. En realidad, existen intentos de definición según el enfoque y la cultura en la que se desarrolla el fenómeno: para la ciencia este hecho supone un desarrollo de distintas capacidades cerebrales e intelectuales. Ello viene desarrollado a partir de una marca genética heredada y una predisposición de la persona para el desarrollo de dichas cualidades a lo largo de su vida.
Existen también teorías vinculadas con la “gracia de Dios” o un desarrollo de la parte perceptiva y extrasensorial del ser a partir de determinadas experiencias o vivencias ocurridas durante la infancia.
Sea como fuere, una verdadera vidente natural es una persona con la suficiente capacidad cognitiva e intuitiva como para saber de nosotros aquello que nos preocupa, sin necesidad de tarot. Existen muchas videntes que se anuncian como “videntes naturales”, sin verdaderamente serlo. Debemos ser precavidos en este punto, ya que una vidente que no tenga en su naturaleza esta capacidad de percepción o este “don” puede llevarnos al engaño y a decepciones serias y lesivas para nosotros mismos.
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Cómo distinguir una vidente natural
Algunas de las cuestiones que nos aportarán información sobre la vidente a la que recurrimos pueden ser:
- Una vidente natural no suele hacer demasiadas preguntas. La propia capacidad intuitiva es suficiente para saber y conocer sobre la persona que le consulta.
- Una vidente real debe, siempre, iluminarnos, aportar luz y claridad sobre lo que deseamos saber. No debe andarse con rodeos.
- Una vidente natural debe saber comunicar, transmitir e iluminarnos por dentro. Parte del trabajo de una vidente natural no es solo adelantarse al futuro, a nuestro futuro, también lo es iluminarnos y aportarnos paz y serenidad interior.
- Una vidente verdadera sabrá siempre la mejor manera para ayudarnos y para aconsejarnos sobre las consultas realizadas.
- Por otra parte, una verdadera vidente natural jamás atenderá la llamada desde un call-center. Si intuimos que es así, deberemos despedirnos cortésmente y colgar la llamada. Las videntes naturales, las verdaderas, siempre trabajan desde casa, en soledad y bajo la reflexión de un espacio dedicado para ello, puede ser un estudio o una habitación de su propia casa
- Una verdadera vidente natural sabrá captar nuestra energía y crear un vínculo a través de nuestra voz y nuestra pregunta, de manera telefónica. El teléfono facilita la comunicación y la no interferencia entre distintas energías, por lo tanto se podría decir que lo óptimo para una consulta con una vidente natural.
Si tenemos en consideración los anteriores parámetros, podremos estar seguros de que la persona con la que hablamos es una verdadera vidente natural, pudiendo huir de verdaderos engaños y fraudes. La confianza, nuestra confianza es una cuestión de la que puede depender muchas cosas en nuestra vida como el bienestar, el equilibrio mental y la esperanza.