Muchas veces ocurre que las mejores videntes son las que menos se conocen. Es por ello que no debemos dejarnos llevar por anuncios o violentas campañas de marketing. Este artículo está dedicado a Marian, una persona que empezó a creer en la videncia el día que dio con una buena vidente de verdad, muy poco conocida, pero excepcional en cuanto a su método y su poder natural.
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¿Una buena vidente de verdad?
Hace varios meses alguien, una amiga llamada Marian, me preguntó por una buena vidente. En realidad, Marian venía de una muy mala experiencia con un vidente archifamoso, al que todos conocemos y que posee un consultorio televisivo. Cuando se decidió llamar para preguntar por la situación laboral de su marido, parado desde hacía 3 años, le contestó otra persona de un call-center. Después de más de media hora, era Marian quien había respondido las preguntas de aquel tele-operador que se hacía pasar por vidente.
Cuando me lo contó, casi con lágrimas en los ojos, pude ver su desesperación. Pude intuir, sin ser vidente, como la mala situación laboral traía a su casa otros problemas. Desesperada me pidió el teléfono de una buena vidente. Obviamente, yo le di un teléfono y un nombre que no era conocido. Nada más dárselo, Marian me miró y me dijo:
“- ¿De verdad… es una vidente muy buena? No la conozco, jamás la he visto en ningún medio…”
Yo le respondí que probase. Que llamase a aquel número y hablase con aquella vidente. El teléfono, en cuestión, era de Pilar, una de las videntes y tarotistas más premiadas y mejor valoradas de España y, sin embargo, como la propia Marian dijo, una persona que no ha salido jamás por televisión y que no tiene secretarios, ni call-centers. Ella misma, Pilar, descuelga el teléfono y atiende personalmente desde su propia casa.
Videntes Verdaderas
Habría que decir al respecto que, las verdaderas videntes naturales quedan al margen de los circuitos televisivos y del marketing de los medios. Existen distintos pseudo-videntes que viven de los medios de comunicación y que, de una manera casi ridícula y como de otro mundo y otra época quieren ganarse la confianza de miles de personas, pero ellos jamás contestan al teléfono, ni siquiera hacen predicciones serias y medianamente coherentes. Este tipo de personas son, básicamente, espectáculo y marketing.
Si queremos una solución verdadera, un aporte de información honesto y saber qué nos depara el futuro y cómo podemos cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos o de nuestras vidas, debemos huir de este tipo de personas poco honestas y nada serias. Creo, la confianza de Marian, como la de otras muchas personas, requieren un mínimo de seriedad, de honestidad y de franqueza.
Unos meses más tarde, la propia Marian me llamó. Asombrada me dijo que aquella persona, Pilar, tan desconocida, le había aportado una paz interior y una iluminación que jamás había sentido. Ella misma, la propia Pilar, una buena vidente de verdad, supo decirle cómo se sentía y qué le pasaba a Marian, sin pregunta alguna.
Asombrada, Marian me confesó que fue Pilar quien le aconsejó que su marido se apuntase a una serie de cursos de reciclaje. En uno de ellos, accedió a una bolsa de prácticas y pasado un tiempo, ya formaba parte de la plantilla de una gran empresa situada en Madrid.
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En este punto de la narración, noté como Marian se emocionaba y como yo mismo experimentaba la sensación de una lágrima resbalando por mi mejilla. Esta vez era felicidad, no tristeza ni desesperación.
Sirva este artículo para recordar a Marian que a veces lo mejor en esta vida es aquello en lo que no se depara. Sirvan estas letras para dar un enorme abrazo y todo el ánimo del mundo a esas personas que lo han pasado o lo están pasando mal, porque siempre la esperanza, como dice Pilar, es un punto de partida que no le podemos negar a nadie. De la esperanza nacen las más hermosas realidades gracias a Marian, una buena vidente de verdad.